
Una de las emociones más inquietantes y difíciles de entender es la del amor. El amor produce placer y displacer, alegría y angustia, odio, acción y quietud, entre otras emociones encontradas.
Es por ello que a lo largo de la historia diferentes filósofos, corrientes filosóficas, religiosas y psicológicas han tratado de explicarlo. Platón (427-347 A.C.) se refirió al amor en varios de sus diálogos, en los escritos entre los años 399 y 389 A.C., llamados "diálogos de juventud" sólo trata este concepto en el "Lisis", pero ya en los "diálogos de madurez", escritos entre los años 385 y 370 A.C., hace referencia concreta a este tema en "Fedro" y especialmente en "El banquete".
Encontramos en los escritos platónicos dos términos que guardan relación con el amor: FILIA el cual hace referencia al amor en sentido amplio, incluyendo al amor entre padres e hijos y a la amistad entre otros tipos de amor y, EROS, que designa al amor sexual.
Para Platón amar es desear que la persona amada sea lo más feliz posible; esto no implica entregar la libertad absoluta, los padres desean la felicidad de sus hijos pero sólo les permiten hacer aquello acerca de lo cual presentan un conocimiento adecuado. De aquí se desprende que para ser amados y para amar debemos adquirir sabiduría, lo cual no implica un conocimiento teórico sino práctico. Uno de los aprendizajes que obtenemos a través del amor es que este no siempre es correspondido; si aceptamos que el amor tiene su origen en la necesidad, es entendible que el amor se dé entre contrarios. Esta perspectiva acerca del amor, nos remite al concepto de enantiodromía planteado por Heráclito (544-484 A.C.) el cual nos dice que todo polo contiene secretamente a su contrario; así, el cuerpo ama la salud en presencia de la enfermedad y el amante de la sabiduría ama a esta porque mientras más sabe más se dá cuenta de su propia ignorancia. También Platón nos dice que el amor hace que los hombres sientan ambición y vergüenza y que el influjo del amor en los hombres es superior a cualquier otro sentimiento ya que este impulsa a grandes acciones. En "El banquete", Platón distingue entre dos tipos de eros: Afrodita Pandemos y Afrodita Celestial, el primero se refiere al amor a lo corporal y el segundo a la búsqueda de la moral, esto indica una relación permanente, una integración entre cuerpo y alma. Este doble eros se supone no sólo en el hombre sino en todas las cosas, por lo tanto, donde hay armonía y ritmo, debe haber amor.
Encontramos en los escritos platónicos dos términos que guardan relación con el amor: FILIA el cual hace referencia al amor en sentido amplio, incluyendo al amor entre padres e hijos y a la amistad entre otros tipos de amor y, EROS, que designa al amor sexual.
Para Platón amar es desear que la persona amada sea lo más feliz posible; esto no implica entregar la libertad absoluta, los padres desean la felicidad de sus hijos pero sólo les permiten hacer aquello acerca de lo cual presentan un conocimiento adecuado. De aquí se desprende que para ser amados y para amar debemos adquirir sabiduría, lo cual no implica un conocimiento teórico sino práctico. Uno de los aprendizajes que obtenemos a través del amor es que este no siempre es correspondido; si aceptamos que el amor tiene su origen en la necesidad, es entendible que el amor se dé entre contrarios. Esta perspectiva acerca del amor, nos remite al concepto de enantiodromía planteado por Heráclito (544-484 A.C.) el cual nos dice que todo polo contiene secretamente a su contrario; así, el cuerpo ama la salud en presencia de la enfermedad y el amante de la sabiduría ama a esta porque mientras más sabe más se dá cuenta de su propia ignorancia. También Platón nos dice que el amor hace que los hombres sientan ambición y vergüenza y que el influjo del amor en los hombres es superior a cualquier otro sentimiento ya que este impulsa a grandes acciones. En "El banquete", Platón distingue entre dos tipos de eros: Afrodita Pandemos y Afrodita Celestial, el primero se refiere al amor a lo corporal y el segundo a la búsqueda de la moral, esto indica una relación permanente, una integración entre cuerpo y alma. Este doble eros se supone no sólo en el hombre sino en todas las cosas, por lo tanto, donde hay armonía y ritmo, debe haber amor.
Visto así, eros es una fuerza universal de la naturaleza, una fuerza que es compartida por todas las cosas que existen en el Universo.
Esta idea es similar a la planteada por Platón a través el discurso de Sócrates en El banquete, donde plantea que el amor es una forma de necesidad que tiene una meta y la relación con esta meta es de deseo, de exigencia, por ello es que el sentimiento de amor produce un desequilibrio.
El amor anhela siempre lo bueno y lo bello por lo tanto es un estado intermedio entre estas dos cosas. La meta real del amor es la búsqueda de la belleza lo cual no es algo diferente del bien.
Platón sostuvo que la más perfecta felicidad es el delirio de los amantes, o sea, que cuanto más profundo es el amor más intenso es el delirio que provoca. El enamorado no vive en sí, sino que vive identificado con el otro, se olvida de sí. El amor esta relacionado con la búsqueda de los ideales de la vida y no con la renuncia a ellos. Se busca en el ser amado la perfección.
Abarca todos los aspectos de la vida, es una cuestión moral, ética, social, psicológica, filosófica, etc., desde este punto de vista abarcativo, el amor es un fenómeno colectivo; pero el amor es también un problema eminentemente individual a cualquier edad, desde el amor a los padres hasta el amor a Dios, es una vivencia individual que hace que pierda validez cualquier regla general.